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Laura
Freixas
La Vanguardia, 27-9-12
ESPANTAPÁJAROS
Hace
poco estuve en Arenas de San Pedro y Mombeltrán de la Cueva, dos
pueblos de la provincia de Ávila, de los que es originaria mi
familia materna. Y como siempre que los visito, me enamoraron: no puedo
olvidar lo que me contaban mis abuelos, para quienes aquello era el
paraíso… perdido. En 1932 emigraron a Barcelona, donde pasaron
el resto de su vida. Sus cinco nietos somos hoy, a todos los efectos,
catalanes. Yo crecí oyendo hablar de Arenas y Mombeltrán…
y de Lloret y L’Artiga, donde veraneaba mi familia paterna.
Estudié en el Liceo Francés; viví en Francia y en
Inglaterra. En 1991, por circunstancias familiares y profesionales, me
trasladé a Madrid, donde vivo desde entonces, aunque paso
temporadas enseñando en Universidades norteamericanas.
Catalunya, Castilla la Vieja, Francia, Inglaterra y Estados Unidos son,
por este orden, los lugares en los que me siento en casa, y aunque las
tres personas con quien vivo tienen nacionalidad española, una
ha nacido en Madrid y las otras en Francia y Rusia. Que alguien,
entonces, me conteste por favor a la pregunta: ¿de qué
país soy?
Hasta
ahora, mis identidades, sin confundirse, convivían
armoniosamente. Pero estos últimos tiempos, cuando leo algunos
periódicos, no sé de qué me están hablando.
¿Quién es esa señora España que
según cierta prensa catalana, nos desprecia, roba y abofetea?
¿Es que todos los españoles son lo mismo? Los que yo
conozco en persona quieren y admiran a los catalanes. ¿Y
quiénes son, inversamente, esos catalanes que según
cierta prensa de Madrid, odian a España y sólo piensan en
hacerle daño? Mis amigos y familiares catalanes, opinen lo que
opinen y voten lo que voten, aprecian y respetan a sus conciudadanos
del resto del país. Y yo, ¿debo creer que una parte de
mí odia a la otra y que ésta roba y abofetea a la
primera? No sé cómo puedo dormir de noche...
Quien,
como yo, tiene un pie en cada sitio, lo que percibe, más que
mala fe, es incomprensión, por cada una de las partes, de los
argumentos –y sentimientos- de la otra. Pero si lo que hace falta es
entender, poco nos ayudarán esos espantapájaros que
algunos agitan estos días. Y los que nos sentimos a la vez, en
el orden y la proporción que sea, catalanes y españoles,
podemos asegurarles que ni los unos ni los otros tienen, tenemos,
tridente, cuernos ni rabo.
Laura Freixas es escritora y presidenta
de la asociación Clásicas y Modernas
para la igualdad de género en la cultura.
www.laurafreixas.com
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