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Laura
Freixas
La Vanguardia, 19-12-13
Pobres niños
El
gobierno de la nación ha amenazado, perdón, ha prometido,
que antes de terminar el año (lo que significa o bien
mañana o bien el día 27) llevará al Consejo de
Ministros su proyecto de ley sobre el aborto. Como ustedes saben, en
1985 se despenalizó en España el aborto en tres
supuestos: violación, malformación del feto, riesgo para
la salud de la madre. En 2010, esa ley de supuestos se sustituyó
por una de plazos, actualmente en vigor, que permite a la mujer
interrumpir su embarazo sin alegar motivo durante las primeras 14
semanas. Ahora, el PP quiere volver a una ley de supuestos, lo que
significa, hablando en plata, obligar a muchas mujeres a tener un hijo
que no quieren tener.
¿Se
imaginan ustedes lo que es asumir un embarazo, un parto, y una
maternidad (que es para toda la vida) sin ganas?... Quedarse embarazada
sin querer es algo que le sucede al menos a cien mil mujeres cada
año: es el número de las que abortan. ¿Qué
será de ellas si no les dejan? El discurso antiabortista apenas
las menciona: sólo hablan de los “niños” (en realidad,
fetos o embriones). Ciertamente, la imagen de la mujer embarazada que
se prodiga en todas partes –consistente en un vientre sin cabeza, no
nos ayuda a verla como lo que es: una persona –con su vida, sus
decisiones, sus proyectos-; más bien se la interpreta como un
recipiente, en cuyo interior vive el único protagonista de la
historia: el niño.
Pues
bien, hablemos de los niños. Para esos niños que tanto
les preocupan, esos niños que si se aprueba la ley que restringe
el aborto, nacerán contra la voluntad de sus madres,
¿qué tienen pensado el PP y la Conferencia Episcopal?
¿Que las madres los den en adopción? Imposible: en
España hay unas 3.000 parejas adoptantes cada año, muy
lejos de las 100.000 que serían necesarias. ¿Que asuman
la responsabilidad sobre ellos los padres? No veo que nadie esté
haciendo propuestas en este sentido; de hecho la figura del padre
está curiosamente ausente de esta polémica, como si los
hombres no tuvieran nada que ver con este asunto. ¿Entonces?
Entonces, sin duda lo que pretenden los antiabortistas es que las
mujeres que no quieren tener un hijo lo tengan, bajo pena de
cárcel, y se lo queden también bajo pena de
cárcel, ya que es delito el abandono de menores. Bonito
panorama. Pobres niños.
www.laurafreixas.com
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