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Laura
Freixas
La Vanguardia, 28-2-15
MIRADA
FEMINISTA SOBRE GREY
¡Chicas,
chicas, escuchadme! ¡Tengo una cosa que contaros! Vamos a
ver:
vosotras trabajáis, estudiáis… Tú por
ejemplo,
¿cómo dices que te llamas?, Ana, tú
estudias
Filología, compartes piso, trabajas como dependienta…. Sabes
que
nunca llegarás a nada, lo sabes, ¿no? Ni a amasar
una
fortuna, ni a fundar una gran empresa, ni siquiera a hacer discursos…
¿Que por qué? Bueno, mira a tu alrededor.
¿Quién dirige empresas?
¿Quién se hace rico
con su esfuerzo? ¿Quién sale en los
periódicos?
¿Has oído hablar del techo de cristal?....
Sí,
sí, ya puedes mirar desde abajo, admirativa e impotente, el
formidable rascacielos plateado, tan fálico, propiedad de
Christian Grey. Por si te quedara alguna duda, en cuanto entras, con
tus vaqueros y tu cuadernito, para entrevistar a Míster
Grey, te
acogen unas señoritas esculturales que abren puertas, llevan
cafés, y dejan claro cuál es la
jerarquía de los
sexos en Grey, S. A. (y en todas partes). De modo, que, chica,
¿cómo dijiste que te llamas?, Ana, si quieres
tener
chófer, salir en los periódicos, o aunque solo
sea
cambiar de coche, solo tienes una vía. ¿La
adivinas?
Sí, esa: ligarte a Míster Grey.
¿Cómo?
Escúchame bien. Tienes que ser guapa y tonta, o parecerlo.
Tú baja los ojos, tropieza cuando entres en su despacho,
asegura
que eres virgen, y dile que sí a casi todo. Ojo, he dicho
casi.
¿Aceptar que le dé un puñetazo, por
celos, a tu
mejor amigo? Sí. ¿Obedecerle cuando él
decide que
salgas de esa discoteca? Sí. ¿Azotes?
Sí.
¿Cadenas? Sí. ¿Látigo?
Sí.
¿Tapones anales? Ah, no, eso no. ¿Por
qué? Mujer,
pues para que él no se aburra. Y porque si no, no
habría
película.
De
modo que, ¡ya está! ¡Ya eres alguien en
la vida:
eres La Mujer De! ¡Ah, esto ya es otra cosa! Como estudiante,
trabajadora, ciudadana, no vas a ninguna parte. En cambio, como novia
de un hombre importante (y solo los hombres son importantes), el mundo
estará a tus pies: coche nuevo, helicóptero,
piano de
cola… ¿A qué viene esa cara dubitativa?... Ah, ya
sé. Te estás preguntando qué precio
tendrás
que pagar por todo esto. No, Anita, no te preocupes. El precio es casi
nada. Solo tienes que aceptar que él pone las reglas. Lo
hace
porque te quiere. Él decidirá dónde
vives, a
quién puedes ver y a quién no, te
apartará de tu
madre y tus amigos, elegirá incluso a tu
ginecólogo, pero
es porque te quiere. Te dará latigazos y azotes, porque te
quiere. (Y pensar que a mí las escenas de sexo de esta
película me excitan tanto como Bambi… Debe ser que
soy frígida.)
¿Qué,
Ana, te he convencido? ¿No del todo?... Ah, ya veo.
¡El
feminismo! ¡La igualdad! Qué igualdad ni
qué ocho
cuartos, Anita, no seas ridícula. Vamos a ver:
¿Quién manda en las grandes empresas?
¿Quién preside las Universidades, las iglesias,
los
Estados? ¿Quién pilota los
helicópteros…?
¿Vas a pasarte la vida esforzándote para no
llegar a casi
nada, y encima amargada y protestando de que arriba solo llegan ellos?
Mejor te buscas un hombre. Y al final, si le obedeces en (casi) todo y
le miras con cara de perrito, se enamorará de ti,
caerá a
tus pies y tendrás poder por fin.
¿Qué,
les ha gustado mi resumen de Cincuenta
sombras de Grey?
¿Cómo dicen? ¿Qué eso ya lo
decía
Corín Tellado? ¡No comparen! Las protagonistas de
Corín Tellado eran de Vitigudino, viajaban en seiscientos y
ser
viciosas consistía para ellas en fumar y llevar medias de
rejilla. La de
Cincuenta sombras vive en Seattle, vuela en
helicóptero y folla encadenada. ¿Más
diferencias? Mmm… creo que eso es todo.
En
definitiva, les recomiendo vivamente que vayan a ver Cincuenta sombras de Grey
si les gustan las fotonovelas de Corín Tellado y les excita Bambi.
Además, la interpretación es como
decía Dorothy
Parker, que una vez alabó a cierta actriz asegurando que
dominaba una amplísima gama de emociones: de la A a la B.
Dakota
Johnson y Jamie Dornan no llegan a tanto: su gama interpretativa va de
la A a la A. Ella baja los ojos y se muerde el labio, él le
lanza una mirada de machito alfa, ante lo cual ella baja los ojos y se
muerde el labio, él le lanza una mirada de machito alfa, y
así sucesivamente.
(Coda.
¿Qué dice usted, señora?
¿Qué se
creyó todo eso y se buscó un hombre, y que ahora
se da
cuenta de que su hombre se parece a Míster Grey en que pone
las
reglas, monta en cólera si otro hombre la mira, no le deja
ver a
su madre… pero de helicópteros, pianos de cola y
chófer,
nada de nada? Y yo qué quiere que le diga,
señora. Vaya a
reclamarle al patriarcado. A mí que me registren.)
www.laurafreixas.com
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